BREVE HISTORIA DE UN SEGUNDO |
El pasado curso alumnos y alumnas del curso 3º A ESO reflejaron en un relato cooperativo titulado Breve historia de un segundo sus dotes literarias. Esperamos que sirva éste como ejemplo de creación y trabajo en común para otros alumnos que también estén interesados en lograr algo semejante.
|
Este relato ha sido escrito a lo largo del curso 2014/15 por los alumnos de LCL de 3º A. JAVIER GUTIÉRREZ, SUSANA ORTEGA, JUAN PRIOR, INÉS BARREDO, ROCÍO DE LA HERA Y PABLO DÍEZ.
|
{BREVE HISTORIA DE UN SEGUNDO}
El tiempo es algo misterioso. Igual que nos da la vida, nos
la quita, y en cierto modo, podemos decir que siempre está presente en nuestras
vidas, hagamos lo que hagamos.
Mi nombre es Jack, y soy, o mejor dicho, era un científico
que siempre tuvo una gran curiosidad por el tiempo y su funcionamiento. Siempre
quise saber si de alguna forma podríamos controlarlo, o manipularlo a nuestro
gusto. Ahora que lo sé, deseo con todas mis fuerzas jamás haberlo averiguado.
Hace 4 años, a través de ondas electromagnéticas, encontré la
forma de comunicarme con un ente, que era capaz de gobernar el propio tiempo.
Lo bauticé como Crono, en honor al dios del tiempo griego, ya que ese “dios”
nunca me dijo su nombre.
Gracias a su colaboración, y a muchos millones de dólares,
conseguí crear un dispositivo que me permitía controlar el tiempo, ya fuese
pausarlo, retrocederlo o avanzarlo.
Pensé que ese gran descubrimiento llevaría a la raza humana a
una nueva era de esplendor, sin preguntas acerca del pasado, ni del futuro, con
todo el tiempo a nuestra disposición. Poco después lo entendí. El control sobre
el tiempo es una responsabilidad demasiado grande para los humanos, y la
devastación que fuimos capaces de causar en nuestro planeta natal en tan solo 4
años fue legendaria.
El planeta que fue en el pasado nuestro verde y acogedor
hogar se ha transformado en un erial desolado, un yermo sin ley donde los
vestigios de la humanidad luchan por sobrevivir, y en el que la guerra, el
hambre, la peste y la muerte cabalgan libremente, llevándose a su paso todas
las vidas que encuentra.
Escrito por: JAVIER
GUTIÉRREZ
CAPÍTULO 1
Mi historia
comienza un caluroso día de verano paseando por el parque, mirando cómo jugaban
los niños muy felices en los columpios. Me senté en un banco a la sombra para
descansar y pude escuchar una pregunta muy curiosa que le realizó una hija a su
madre:
- "Mamá,
¿cómo sería esto hace miles de años?"
Esa pregunta fue la que hizo que en mi cabeza sonase un
"clic" y que quisiese averiguarlo por mi cuenta en vez de recurrir a
los antiguos libros de historia, ya que pensaba que lo que contaban no era
cierto y estaba convencido de ello.
Esa misma noche, me quedé hasta tarde trabajando en el
laboratorio. De repente, por culpa de unas ondas electromagnéticas, me desmayé.
En el rato que estuve inconsciente, tuve un sueño muy raro en el que un
personaje un tanto extraño me comenzaba a enseñar cosas sobre el universo y
nuestra civilización. Me quedé muy perplejo frente a todas las cosas en las que
nos habíamos confundido y, puesto a que no me dijo cómo se llamaba o una forma
de referirme a él, se me ocurrió ponerle de nombre Cronos, ya que había recorrido cada etapa del universo y podía
retroceder en el tiempo, pararlo e incluso acelerarlo y eso me recordaba al
Dios griego del tiempo.
Desde esa noche puedo escucharlo cuando él quiere en mi
cabeza y, en ocasiones, llega a ser muy molesto pero me revela cosas muy
interesantes sobre cómo los humanos hemos llegado a este punto de nuestra
evolución e, incluso, me ha comparado algunos objetos cotidianos como los que
se usaban en la Prehistoria y la Edad Media, entre otras épocas. También me
mostró algunas imágenes del estado de la zona en la que estaba al crearse la
Tierra, es una vista asombrosa e inimaginable para cualquier persona normal...lo
que no es mi caso.
Un día me dejó que viese unos planos de una máquina para
poder viajar en el tiempo y resolver todas las discusiones que hay en el mundo
por ese problema. Los dibujé y presenté el proyecto a mi empresa que, después
de una larga exposición y de una serie de oportunas preguntas, aceptaron
encantados poner a mi disposición todos los ingresos que necesitara y un montón de obreros para realizar mi proyecto a corto plazo.
Escrito por: SUSANA ORTEGA
Cuando cumplí 36, poco después de que se aprobara
la construcción y el presupuesto, lo vi todo muy claro.
Cuando llegué a casa, después de haber recibido
regalos y celebrado una fiesta muy placentera con amigos y compañeros de
trabajo, recuerdo haberme sentado en mi sofá con una manzanilla. La tarta de
cumpleaños estaba deliciosa, pero desgraciadamente no me había sentado bien.
Durante un rato, concentré fijamente la mirada en el mapa estelar que había
descolgado de la pared tras averiguar que la posición de varias estrellas era
incorrecta. No me hacía gracia. Recuerdo que casi me caigo de la escalera
colgando ese mapa, todo para volverlo a quitar. Tras terminar mi manzanilla, me
arropé con una manta y me vino a la mente el sonido de un reloj. Al principio
pensé que era el de la cocina pero a medida que pasaba el tiempo, el sonido se
hacía cada vez más abrumador. Hasta que lo vi.
Tenía miedo. Era uno de los mejores
descubrimientos de la historia del hombre, si llegaba a funcionar. Algo que nos
haría una especie con inconmensurable poder. Pero, ¿y si no era así? Quería que
todo saliera bien, pero en el fondo, sabía que la exposición del proyecto había
sido solo una ilusión, no pensamientos
reales. Lo único que pensaban los altos directivos era en que tenían en su
haber posibles millones, pero nunca se pararon a pensar en paradojas, en
alteraciones del espacio-tiempo, nunca tomaron responsabilidad de lo que podía
suceder.
¿Debía parar el proyecto? La verdad es que
siempre pensé que Cronos era un
regalo, tanto para la humanidad como para mí. Cada vez que contactaba conmigo
parecía otra dimensión, moviendo mi mano automáticamente, visionando objetos a
lo largo del tiempo, dándome el poder de construir un reloj a mi medida y, sin
embargo, allí estaba, titubeante, dudando de mi capacidad para distinguir el
mundo real de la “dimensión” de Crono.
Escrito por: JUAN PRIOR
Desperté confundido, breves flashes de la noche
anterior llegaban a mi cabeza sin tener una idea clara acerca de ello. Me
levanté y me dirigí hacia la cocina para hacerme un café y despejar mi mente,
poco a poco volvía a tener consciencia sobre los hechos que me habían ocurrido.
Seguía dándole vueltas a mi mayor preocupación, “¿pararía
el proyecto?” “¿Seguiría con él adelante?”. Me cepillé los dientes, me vestí de
forma sencilla y me calcé unas playeras para ir a dar una vuelta y pensar todo
con claridad. El primer sitio que se me ocurrió para encontrar algo de paz y
tranquilidad fue la playa. Era un día nublado, por lo que poca gente acudiría.
Tras una caminata de unos 23 minutos llegué y me senté en una duna para poder
contemplar el mar en todo su esplendor.
¿Qué haría? Mi sexto sentido me decía que no
jugara con el tiempo, es algo muy peligroso e inesperado, no sé lo que es capaz
de hacer. Sé cómo funcionaría si lo tuviera en mi poder tal y como mi cabeza ha
creado pero no sé lo que pasaría si se saliera de control, lo cual es bastante
lógico porque el ser humano nunca antes ha podido controlar el tiempo. Mi lado
científico y curioso me venció, siempre me puede. La codicia de tener el poder
de algo tan grande a mi completa disposición fue algo magnífico, así que, sin
perder más tiempo tomé un taxi con una sola dirección en mente, mi laboratorio.
Llegué y me organicé de manera que pudiera empezar
a trabajar cuanto antes. Lo primero de todo era comenzar a construir las partes
fundamentales y luego ir con las más innecesarias y rápidas. En esos instantes me daba igual si estaba o no
aprobada la construcción y presupuesto, solo quería ir rápido para terminar mi
obra y ser alguien poderoso e importante teniendo el tiempo en mis manos………..
Pasaron días, quizá meses o semanas, algo más o
algo menos, me daba igual el tiempo; era algo que cuando acabase mi proyecto
podría manejar y ser temido y poderoso por ello, ser respetado, ser alguien.
Pero no todo sale como pensamos y hay giros
inesperados, o puede que esperados pero que no queremos admitir.
CAPÍTULO 2
Pasé la mayor parte del tiempo de los dos últimos
meses en mi laboratorio y cuando no estaba allí, me encontraba en algún puesto
de comida rápida o en casa, solo para dormir unas horas y asearme. Se puede
decir que no mantuve hábitos saludables esos 2 meses; se puede decir que se me
fue la cabeza pero también se puede decir, como a mí me gusta decir, que estuve
creando algo fantástico.
En esos 2 meses también tuve la compañía de Crono, él parecía feliz y yo estaba
realmente interesado en tener el tiempo en mis manos. Todo iba bien para mí, o
al menos eso creía, hasta que llegó ella. Con ella me refiero a la Doctora Alice
Stamford, licenciada en no sé dónde. Espero que se note mi poco interés en su
vida, solo sé de ella que de un día a otro se presentó en mi laboratorio
diciendo que la habían asignado ser mi compañera de proyecto y que me ayudaría.
Tenía unos 28 años y había dedicado su vida al
estudio del espacio y el tiempo. Yo protesté pero había estado tan absorto en
mi mundo que al solicitar presupuestos y permisos para llevar a cabo mi
preciado tesoro, el gobierno hizo todo tipo de trámites y me asignaron una
ayudante. Al parecer, la única interesada y no cobarde para enfrentarse a todo
tipo de consecuencias había sido ella.
Iba a mitad de proyecto cuando Alice empezó a
trabajar junto a mí codo con codo. No la soportaba, todo lo criticaba y
remodelaba, tenía que admitir que la forma en que ella pensaba las cosas y daba
sus opiniones libremente me fascinaba, tenía argumentos para todo y esto era
muy molesto. Me discutía todo. Ella aportaba ideas, que generalmente eran muy
buenas pero mi orgullo no me dejaba aceptarlas, quería ser el mejor al menos en
esto y no soportaría que una niñata viniera a cambiar mi proyecto.
-Alice: ¿sabes? Acepté esta oportunidad porque me pareció interesante y loco
experimentar con el tiempo, ¿qué es la vida sin un poco de locura? Un total
aburrimiento, por supuesto. Pero, ya llevamos semanas trabajando juntos, ¿qué
tal si dejas tu orgullo y aceptas que tengo buenas ideas?
-Jack: ya te lo dije, no me interesa que vengan a molestarme mientras creo mi
obra maestra y menos si tengo que soportar que alguien cambie mis expectativas
e ideas acerca del proyecto. Es mí proyecto, yo decido cómo y qué hacer.
-Alice: bien, sabes que aceleraríamos el proceso y con una mejor estructura, no
voy a restregártelo por la cara, si te digo esto es porque me apasiona el tema
y quiero que salga lo mejor posible, me da igual si luego dices que las ideas
de mejoras son tuyas. Yo vivo por la ciencia no por el reconocimiento.
Y ahí me di cuenta de que todo estaba cambiando.
Pasé de hacer esto por mi curiosidad científica a realizarlo por reconocimiento y poder.
-Jack: incluiremos tus ideas solo por el buen funcionamiento del proyecto,
pero no digo que tus ideas sean superiores a las mías.
-Alice: me estás dando la razón, aunque sea de manera indirecta... por si no te
has dado cuenta.
-Jack: con lo cansina
que eres no me extrañaría si acabas siendo la típica vieja amargada con gatos.
-Alice: con tu comportamiento insoportable morirás encerrado en el laboratorio
dejando un olor espantoso.
A partir de ese día no nos llevamos mejor ni nada
por el estilo pero al menos dejé mi orgullo de lado tratando de recuperar mi
pasión por la ciencia. Teníamos discusiones absurdas de vez en cuando pero no
pasábamos de eso, solo hacíamos nuestro trabajo con meta de progresar y
ya. Siempre que tenía oportunidad me
molestaba, creo que ella trataba de tener una mejor relación, tenía esa
estúpida idea de que para el mejor desarrollo del proyecto estaría bien tener
algún tipo de amistad por muy mínima que fuera. Yo solo estaba ahí por el
trabajo y no para hacer amigos… pero ella es una de esas personas “sociables” y tiene amigos por todos
sitios. Se ve feliz y se nota a
distancia que su única preocupación es la investigación sin ámbito de lucro. Nada más.
Pasó un
tiempo indeterminado para mí debido a que no conseguía centrarme en nada. Varias
veces Alice me despertó por las mañanas debido a que dormía en el laboratorio
y, una vez construido mi objetivo, pusimos
en marcha todo a funcionar. Tuvimos varios intentos fallidos y varias pruebas que no funcionaban pero no nos
dimos por vencidos ese día. Esa misma noche me visitó Cronos de nuevo.
Escrito por: INÉS BARREDO
CAPÍTULO 3
Cronos solía ser agradable en sus apariciones, se incorporaba
a mis sueños sutilmente, como una sombra, y hablándome con una voz incorpórea,
me hacía entender ciertas cosas que a la mayoría se le antojaban misteriosas.
Sin embargo, en aquella ocasión fue diferente. Entró dentro de mí como una
ráfaga de viento y apartó de golpe el humo de mis frágiles pensamientos
nocturnos. De repente me llovieron acusaciones y gritos silenciosos que me
desconcertaron.
Me desperté sobresaltado en
el laboratorio y comencé a preguntarme qué era lo que estaba haciendo mal, algo
no funcionaba si Cronos había
reaccionado así, y no me gustaba nada.
Cuando Alice se despertó
poco después, se preguntaba qué me pasaba, y aunque fue realmente pesada, yo
insistí en que no ocurría nada y seguimos trabajando en nuestro proyecto. No
quise contarle nada a Alice porque nadie sabía de la existencia de Cronos, (nunca quise que me tomaran por
loco, así que había presentado la idea como una ocurrencia mía) pero continuaba
dándole vueltas a la intervención de Cronos
de aquella noche.
CAPÍTULO 4
Mi invento estuvo listo antes de lo previsto, sin dejarme
tiempo para procesar la discusión con Cronos,
y, aunque tenía un mal presentimiento, ya no podía echarme atrás.
Se trataba de un aparato rectangular del tamaño de un libro
de texto, con muchos marcadores y agujas que indicaban el viento, la presión,
el calor, la humedad, la hora y fecha y, por supuesto, la localización exacta.
Así funcionaba, jugando con estas condiciones físicas y meteorológicas en
intrincadas operaciones matemáticas que conseguían deshacer o acelerar a gusto
propio los hilos del tiempo, que iban entrelazándose unos con otros dando lugar
a los acontecimientos.
Llegó el momento de ponerlo en marcha, ajustamos las
manecillas con el objetivo de ir dos años atrás, justo en el mismo lugar en el
que estábamos. Apenas en una milésima de segundo, el lugar en el que nos
encontrábamos cambió radicalmente, ya no estábamos en mi luminoso laboratorio,
sino en una sala oscura y desconocida donde solo se podía vislumbrar una luz a
lo lejos. Alice y yo avanzamos curiosos hacia la luz, preguntándonos si habría
funcionado, o si había habido algún fallo, ya que parecía sospechoso que en
solo dos años el lugar hubiera cambiado tanto.
Al llegar al lugar del que provenía la luz no nos cupo
ninguna duda de que el aparato no había cumplido su función. Nos encontramos
con extraños individuos de enorme cráneo y piel blanquecina, con ojos
brillantes, que irradiaban inteligencia. Uno de ellos me llamó la atención
especialmente, algo en él me resultaba familiar, me miraba fijamente… De
repente, pareció darse cuenta, justo a la vez que yo. Se acercó corriendo:
-No debiste haber
venido, intenté prevenirte
-¡¿C-Cronos?! ¿Qué…?
-No hay tiempo ahora,
estás en peligro -giró su cabeza hacia Alice- Estáis. Ahora que habéis llegado
aquí, ahora que sabéis la verdad de mi raza, no os dejarán marchar.
-¿Tu raza?
-Jack, los humanos
habéis jugado a ser dioses desde el principio de vuestro tiempo, siempre os
creísteis superiores al resto de las razas, habéis devastado territorios,
extinguido especies y explotado recursos, por eso nosotros, los hijos de asura,
queremos enseñaros una lección… Te lo confesaré, mi objetivo principal era
traerte hacia nosotros, y que contigo condujeses a tu raza hasta la extinción;
sin embargo… me he dado cuenta de que también hay humanos buenos, he podido
descubrir bondad y amor en ti, aunque a simple vista solo tuvieras avaricia y
ansias de poder
-Jack ¿Qué pasa? No
entiendo nada. –Intervino Alice.
-¡Tenemos que irnos,
mis hermanos nos están localizando!
-Alice, te lo explicaré
todo luego, pero vámonos de aquí
Así que pusimos pies en polvorosa, con Cronos guiándonos. No sabíamos lo que nos esperaba.
Escrito por:
ROCÍO DE LA HERA
CAPÍTULO 5
Avanzamos los tres hasta lo
que parecía la puerta de la sala y nos abalanzamos sobre ella. Estaba cerrada.
Intenté derribarla de una patada pero con mi estado físico en aquel momento
tras haber estado meses trabajando día y noche fue imposible. Realmente me
sentía bastante torpe. Entonces Alice lo intentó y la derribó a la primera.
Pronto conseguimos alejarnos lo suficiente y ponernos a cubierto en el interior
de una especie de contenedor un tanto amplio. Tras recuperar el aliento solté
una sarta de preguntas sobre dónde estábamos y el porqué de la situación, cuya
comprensión se escapaba de nuestras mentes:
-No es momento para preguntas. -me cortó Cronos fríamente- vuestra
prioridad ahora es escapar de este futuro que lo único que conseguirá es la
destrucción de tu raza.
-¿Pero por qué queréis erradicarnos? -repuso Alice- Ya sabemos que hemos
causado un gran destrozo al planeta, con guerras en las que nos devastábamos
unos a otros, ¡pero muchos nos esforzamos en que esto no se repita!
-No me parece muy justo que gente honrada muera por situaciones en las
que no han tenido decisión alguna.-grité, pero me tapé la boca al instante
recordando que nos estarían buscando.
Ya que insistes -Cronos nos miró a ambos a los ojos- en las últimas
ocasiones en las que entré en tu mente estabas tan enfrascado con el proyecto y
en que te explicara cómo completarlo que no llegaste a escuchar mis
advertencias. Los hijos de asura llevamos observándoos mucho tiempo, desde el
comienzo de las agrupaciones sedentarias en la prehistoria. Al principio
creíamos que seríais fáciles de dominar por medio de religiones para que no os
revolvierais, pero estas se fueron contaminando, creando pena, destrucción,
muerte y exterminio tanto de muchas especies extintas como de vosotros mismos.
-¿Y la solución es matarnos a todos, en serio? – Objetó
Alice nada más acabó de hablar Cronos.
-Tratamos de avisar a muchos de los vuestros, pero los tachaban de locos
y acababan todos ejecutados o en centros siquiátricos- Respondió Cronos
rápidamente – Jack ha sido el primero en llegar hasta este punto, pero ya es
demasiado tarde.
-Si nos has dicho que huyamos es porque aún queda esperanza para la
humanidad, ¿verdad? – Repuse yo, un poco abrumado por asimilar
tanta información en poco tiempo
-¿No es posible el diálogo con los líderes mundiales? –Añadió
Alice
-También lo intentamos, pero todos nuestros enviados acabaron muertos y
diseccionados- . Comenzaba a mostrarse un poco molesto- quedamos pocos controlando las leyes que
rigen el universo y no podemos permitirnos bajas, en vuestro mundo somos
débiles pero aquí, en el nuevo Olimpo somos casi inmortales.
Sin que ninguno de los
ocupantes del contenedor lo esperara aparecieron más seres como Cronos y nos
apresaron.
Capítulo 6
Me desperté en el interior
de una gran sala con Alice dormida sobre mi hombro. Probablemente nos durmieron
para que no opusiéramos resistencia. Durante todo el tiempo que llevábamos en
el Olimpo olvidé por completo nuestras discusiones en la investigación. Poco
después aparecieron varios hijos de asura con Cronos. En esos momentos Alice despertó y los seres comenzaron a
hablarnos.
-Bienvenidos humanos, tenéis el honor de presenciar el fin de vuestra
era. Desgraciadamente después iréis vosotros a no ser que tengáis algo que
decir en contra.
Alice y yo nos miramos; y
les suplicamos que nos dieran otra oportunidad, no solo a nosotros, sino a toda
la humanidad.
Pasadas lo que parecieron
varias largas horas de debate, en el que justificábamos que la humanidad
merecía piedad, accedieron pero consideraron oportunas ciertas condiciones. La
primera era que ya ninguno de los 2 seríamos humanos nunca más, perteneceríamos
a ellos como pago por las muertes de los suyos y la segunda, que deberíamos
eliminar a aquellos que fomentaran la destrucción del medio ambiente o masacres
y asesinatos, por toda la eternidad.
Es mi fe en que alguna persona con capacidad de
liderazgo lea esto y comprenda que el modelo actual de sociedad llevará a
nuestra destrucción inminente.
Esta es nuestra historia. Esperamos
que alguien tome cartas en el asunto.
Escrita
por: PABLO DÍEZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario